lunes, 6 de agosto de 2007

Que la Divinidad me ampare

Sé que no soy de las que claudican,
pero si alguna vez trastabillo,
que Dios no permita que abandone mi senda,
que me cruce de vereda.
Que Jesús me abra los ojos
a mitad de camino,
que no me quede ciega.
María no me dejes nunca
abandonar este lado del río, esta ladera.

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