jueves, 18 de noviembre de 2010

En el infortunio
despiertan todas las pesadillas
las muertes
los duelos
los amores que no pudieron ser
El dolor de cada amor
las herrumbres de proyectos rotos
fantasías frustradas
logros no concretados
la muerte al lado mio
la pérdida del ser más amado
las ausencias
el vacío
la noche estrellada en el campo
La soledad absoluta
Tu ojo vacío
por ver demasiado
El vicio del hombre
habita en cada uno.
El látigo acecha
la espina se dobla
se escucha el crujir
de huesos y lágrimas
y vuelve el vacío
de ausencias, de vidas
Tus manos temblando,
presienten su destino
de soledades varias y
amores vacíos.
El dolor de la pérdida
es apremiante
Ciñe, ciñe, ciñe
el pecho, la garganta
Las extremidades
rígidas, frias
La espina se mece
sobre su curvatura
que con cada latigazo,
se curva más y más.
El arte
la fuente inagotable
de la expresi{on de la soledad infinita