Diario de vida
viernes, 10 de agosto de 2012
Soñando una vida,
de hierro y miserias
se volvió el cielo.
Camino sin sombra
errático y desierto.
Hundiendo tus huesos en un colchón raído.
Tu vida, tus años,
pasan como el río,
y tanta agua
se volvió desierto.
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